Descripción proporcionada por el autor/a: Los niños poseen una asombrosa capacidad innata para absorber información rápidamente, su mente que es naturalmente curiosa y receptiva les permite aprender de manera eficiente y creativa. A través de esta curiosidad, pueden convertirse en su propio motor de adquisición de conocimientos. No obstante, los padres, maestros y personas cercanas podemos desempeñar un papel fundamental al facilitar este proceso. El juego se convierte en una herramienta indispensable en este contexto, ya que les brinda la oportunidad de explorar, experimentar y poner en práctica sus conocimientos, así como de probar nuevas ideas y resolver problemas, lo que contribuye significativamente a su desarrollo intelectual y creativo. El nivel de juego de un niño revela mucho sobre su estado de desarrollo cognitivo. A medida que los niños avanzan en su crecimiento, su juego evoluciona permitiéndoles eventualmente convertirse en mentores para otros, enseñándoles que pueden aprender por sí mismos y hacerlo, jugando.